El miedo es la angustia por lo que percibimos como
un riesgo o daño, a veces real, a veces imaginario. Pero prácticamente desde
que tenemos uso de razón estamos llenos de temores, depende nuestra
personalidad, nuestro carácter y nuestro entorno, pero podría decirse que los
miedos son ‘universales’; de niños tememos a la obscuridad, a los insectos, a
sentir lejos a esas personas que nos cuidan, a los extraños, a los
relámpagos. Después vamos creciendo y cambiamos esos miedos por otros más
reales, o por lo menos así lo creemos.
Generalmente
nos pasamos la vida temiendo por cosas que nunca llegan, a fin de
cuentas nos aterra más lo desconocido que el resultado de lo que realmente
pueda pasar, que muchas veces ni siquiera es tan malo. Nos aterra comenzar algo nuevo, los rechazos,
el futuro, las pérdidas.. pareciera que siempre estamos
buscando a que temer.
El mío?.. a algo inevitable, miedo a la muerte!,
irme sin cuidar a los que debo cuidar, sin concluir metas, sin haber vivido lo
suficiente -aunque ¿Quién dice cuánto es suficiente?-, y el pensar perder a las
personas más cercanas, a las que más amo, al vacío que dejan cuando se van, el
quedarme con palabras en la boca que nunca dije, o que quise decir más veces,
el que por más que intentas razonar no aceptas el no ver más a una persona, te
cuestionas y son preguntas sin respuesta.
La vida esta llena de miedos, el secreto es
aprender a conocer las causas para poder superarlos y no que ellos nos superen,
y que si llega alguno a hacerse realidad, tomarlo como una experiencia de vida
más.
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