Yo, personalmente, prefiero la locura de la imaginación, pero hay otros tipos de locura muy peligrosa.
Todos, creo que todos, conocemos ya la matanza que un tipo llevó a cabo en una sala de cine durante el estreno de Batman. The Dark Knight Rise ¿el tipo está loco? probablemente, ya lo sabremos después, pero ese acto ha desatado, según las noticias, otro tipo de locura: paranoia. Hay mucha gente que ya no quiere ir a verla y al parecer ya hasta hubo arrestos porque alguien dijo "pistola" en una sala de cine.
Todo esto me recordó un episodio de hace unos 9 años, o sea unos dos años después del atentado contra las Torres Gemelas, que a continuación les cuento, ya ustedes sacarán sus conclusiones, la mía es que los gringos están locos, ahí les voy:
En un punto de la frontera México - EUA estaban un grupo de gringos haciendo trámites, en una oficina que tenía ventanales de piso a techo. Cerca de ahí, en territorio de EUA, había una base aérea de la US Air Force, tan engrandecida por Hollywood, algunos aviones que tenían en esa base eran capaces de romper la barrera del sonido, al hacerlo producían un estruendo parecido a una explosión y la masa de aire vibraba en varios kilómetros a la redonda, creo que a todos nos queda claro que las fronteras son hechas por y para los humanos, el estruendo y la vibración en el aire no se quedaba en territorio gringo.
Sucedió que estando los gringos con su clásica vestimenta, si creen que el cliché del mecsicano durmiendo a la sombra de un cactus (órgano/sahuaro) envuelto en un sarape a rayas de colores y con un sombrero enorme, es divertido, es que no han visto a los gringos, bermudas con bolsas en los costados de las perneras (que ellos llaman fatigues), camisita floreada, piel roja (y dizque son arios), sombrerito a la Indiana Jones y "huaraches" Nike, los gringos estaban, como decía en una oficina, desenfadados ellos, cuando un avión pasó cerca de la frontera y rompió la barrera del sonido, provocando que casi al instante los ventanales vibraran con intensidad. Todo el tiempo que yo me tardé en escribir esto, incluso el que ustedes tardaron en leerlo, fue una eternidad comparado con el tiempo en que el grupo de gringos reaccionó.
Dos tirados en el piso, bocabajo, cubriéndose la cabeza con las manos, otros estaban ya dentro de sus "Jeeps" agazapados y con el motor encendido, listos para salir huyendo, y un despistado que, atrapado en su histeria, quedó congelado pero con el rostro tan desencajado que reflejaba que, si no se había cagado, estaba a punto de hacerlo.
Por supuesto que yo sí me cagué, pero de la risa, y no pude evitar pensar: el miedo no anda en burro, mucho menos en donkey.
Y por último les recuerdo que nos pueden leer en www.pitartemagazine.wix.com/pa
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