Estaba observando hacia la ventana, el meneo del árbol de hule, la negrura del cielo, cuando llegó tu mensaje, me sacó de mi estado de ensimismamiento, lo curioso es que pensaba justo en ti.
Te has dado cuenta que últimamente he estado perdiéndome en la difícil tarea de ver hacia ninguna parte. Es que en el espacio exteriorizo mis pensamientos, ahí toman forma muchas de las imágenes mentales que siempre me acompañan.
Me resulta curioso, cuando me doy cuenta, que puedo estar viendo a través de los ojos, pero el cerebro está viendo una imagen completamente distinta, la de mis pensamientos.
Lo que estaba pensando cuando me interrumpió tu mensjae es que nos hemos vuelto muy unidos, es como esperar a que nos hablemos para empezar el día, y durante las horas de luz hablar de varias cosas sin sentido para nadie, sólo para nosotros dos, a tal grado que si alguien nos preguntara de qué hablamos, contestaríamos sin dudar: de nada.
Muchas veces la imagen mental que veo en mis letargos eres tú, creo que lo hago para tener o hacer pensar que tengo un interlocutor y que no me estoy respondiendo yo solo. Pero ya me es difícil distinguir. Después de todo, la atención que pones a mis palabras merece ser correspondida con toda mi inspiración; no cierres los ojos ni dejes de responderme, pueden creer que sigo hablando solo, pero mientras te vea y me contestes sabré que esta habitación sin luz es un universo.
Ensimismamiento, lo apuntare en la bitácora de palabras domingueras, buen texto de añoranzaretrospectivapersonal.
ResponderEliminar@DDay82
Gracias por la lectura, es un regalo de cumpleaños para @YolyRosalesR
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